Es un arroz recuperado de la antigua cocina de Sitges. El escritor Emerenciá Roig en su libro “El Sitges dels nostres avis” (El Sitges de nuestros abuelos) explica como era la cocina de a mediados del siglo XVII, y de los más reconocidos fue el célebre arroz de Sitges que servían en la fonda Carcolces de la calle Parelladas. Es un arroz en el que se dan la mano el mar y la montaña. Y al final insiste en decir que –después de comerse un buen plato uno estaba tentado de comerse otro.
Receta:
Ingredientes (6 personas):
500 g de costilla de cerdo
2 sepias medianas
100 g de cebolla
300 g de pimiento rojo
300 g de pimiento verde
400 g de tomate maduro
100 g de guisantes desgranados
600 g de arroz
1 vaso de Malvasia de Sitges
1 vaso de aceite de oliva
2 cucharadas de manteca de cerdo
¾ l de caldo de pescado
¾ l de caldo de carne
6 salchichas de cerdo
6 gambas de la costa
6 cigalas
18 almejas
Picada:
Unas briznas de azafrán
4 dientes de ajo
Unas almendras tostadas
Preparación:
En una cazuela de barro, pondremos el aceite y la manteca de cerdo, y una vez bien caliente sofreímos la costilla de cerdo cortada a trozos, cuando este bien dorada añadiremos la sepia cortada a dados grandes y cuando se haya consumido todo el agua que desprende, añadimos la cebolla y los pimientos bien picados y dejar sofreír un ratito.
A continuación añadir el tomate escaldado (sin piel y semillas y cortado en trocitos), la Malvasia del Hospital de Sitges y un poco de sal y dejar reducir a fuego lento durante ½ hora procurando que no se pegue.
Para la picada poner la sal en el mortero, el azafrán, los ajos y las almendras, picarlo todo hasta que quede muy fino y añadir el resto de aceite mezclando todo bien.
Añadir los guisantes y el caldo de carne y pescado y cuando empiece a hervir, añadir el arroz y la picada, dejar cocer todo durante 10 minutos.
Ahora rectificamos de sal y incorporaremos el resto de ingredientes, las cigalas, las gambas, las salchichas y las almejas.
Finalmente incorporamos la cazuela al horno durante 5 minutos a 220 grados, comprobamos que el arroz debe quedar un poquito duro en su interior.
Servirlo enseguida, hay de tener en cuenta que el barro aguanta mucho el calor y pasaría el arroz si lo dejamos reposar.