El motivo de esta Carrera se recoger fondos para el Laboratorio de Investigación del Cáncer Infantil del Hospital de San Juan de Dios de Barcelona.
Esta es la historia del Pol, aquel muchacho de catorce años que quiso volar.
A esa edad tan escasa de la vida, a Pol, el diagnosticaron un Sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer infantil, una rara enfermedad.
Como diría él mismo alguna vez, nunca le pasó por la cabeza que un niño pudiera tener cáncer, a él le parecía algo de gente mayor.
En aquella época, Pol era un chico muy activo, jugador de baloncesto en el club de la población donde vivía, tenía el curso de entrenador y le gustaba navegar en el club de vela del pueblo. Pol quería ser profesor de Educación física.
Pero a menudo la vida castiga en la parte más débil y delicada y el tumor que le diagnosticaron estaba alojado en la pelvis, por lo que lo tuvieron que operar y extirpar hueso y músculo de aquella zona para dejarlo limpio de su afección.
La enfermedad no contaba con el optimismo inagotable de Pol. A pesar de todo, Pol continuó jugando a baloncesto, incluso cojo; obtuvo el título de monitor de vela ligera; y dio clases a chicos y chicas de los dos deportes. Además, fue campeón de Cataluña de baloncesto en su categoría. Pol no se arrugó nunca.
A pesar de todos los esfuerzos y tratamientos realizados, Pol no pudo superar el segundo asalto que la enfermedad le proporcionó.
Fue entonces cuando decidió poner fin a todos los sufrimientos. Lentamente se alejó del campo de batalla, de los amigos y amantes. Y poniendo los pies al borde del acantilado hizo una pequeña flexión y con fuerza desplegó las alas.